Esta profesión está muy bien valorada en el mercado y no paró ni siquiera en el confinamiento. Voy a desvelarte en este artículo las tres características más interesantes de ser vídeo maker.
Yo digo que muchos emprendedores descubrieron el vídeo en el 2020. Y no me refiero a que jamás hubieran tenido un televisor o que nunca pasaran horas en YouTube hasta entonces, sino que de todos los vídeos que habían consumido ninguno era suyo y se dieron cuenta de que siendo dueños de negocios ya no querían ser simples espectadores.
La oportunidad que les dio la pandemia fue la de hacer una transición a lo digital. Si las restricciones vigentes de entonces no permitían que el cliente les visitase como siempre, había llegado la hora de abrir una sucursal en la red. Pero, ¿cómo ganar visibilidad? ¿cómo se construye un escaparate en el entorno digital?
Canales hay muchos y los hay muy buenos: el audio te puede emocionar, el texto te puede conmover… pero el vídeo directamente te noquea.
¿Por qué un vídeo llega a ser más eficaz que otro?
¿Te has preguntado qué relación hay entre el vídeo y las ventas, o mejor aún, entre el vídeo y los clientes? El vídeo te permite mirar cara a cara a tu cliente, mirar a los ojos de esa persona, que aunque te esté viendo en otro lugar y otro momento siente esa conexión contigo.
Después de años de dedicarme a ello he llegado a esta conclusión:
Los mejores vídeos son los que conectan con las emociones.
¡Ojo! Yo no hablo de un vídeo bonito, sino de vídeo marketing. La diferencia entre ambos es la estrategia. Todos podemos grabar un vídeo, la gran mayoría tiene un teléfono con cámara en este momento sobre la mesa. Hay quienes tienen un aparato que graba en 4K con un estabilizador brutal.
Podemos abrir un canal de YouTube sin sacar la mano del bolsillo, pero si no tienes una estrategia que responda por ese vídeo, que consiga llegar al corazón de tu cliente, entonces no va a valer para nada. Yo tengo amigos que han hecho producciones alucinantes y me dicen: -Oye Pepe, es que no me trae clientes. -Claro, es que tu vídeo es bonito, pero no efectivo.
Nosotros creamos el Instituto de Vídeo Online para cubrir esas necesidades que hay en la actualidad de cara al vídeo. El 2020 fue la oportunidad para lanzar la primera edición del curso Soy Vídeo Maker, concretamente hace tres meses. Mi mantra era: “Esta profesión tiene mucha demanda en el mercado, a mí me piden constantemente vídeo makers”.
Abrimos la formación para impulsar a quien realmente tiene la chispa del vídeo a convertirse en vídeo maker. Y lo logramos, porque nuestros alumnos consiguieron a su primer cliente antes de terminar el curso. Ahí supe que la misión estaba cumplida porque ellos sabían defenderse por sí mismos.
Pero pudieron no estar aquí. Hay gente que se frena porque no tiene el equipo último modelo. Esta es solo una barrera. Yo mismo he trabajado con vídeo makers que empezaron con su móvil en la época en la que los móviles no tenían el nivel de hoy.
Las mejores multinacionales nacieron en un garaje.
Aunque sea con un teléfono, nada supera a una buena toma. Y aquí te digo algo esencial en esta profesión: hay que acumular horas de vuelo editando. Dándole la vuelta al montaje puedes hacer maravillas. El trabajo de edición nunca va a faltar como vídeo maker; al habituarte a él, poco a poco avanzas y agilizas tu productividad.
Si haces un vídeo con un móvil, igualmente atraes clientes. Puedes editar de cualquier forma y con muchas herramientas. Cuando das al dueño de un negocio un buen vídeo que cumple sus objetivos no se detiene a preguntarte con qué programa has editado.
El camino para ser vídeo maker
Un vídeo maker llega a serlo cuando hace vídeos que funcionan. El vídeo marketing no es una sucesión de imágenes, tiene una estrategia y una estructura bien definida. Teniendo claro el objetivo y sabiendo dirigir al cliente ahorrarás tiempo de grabación. El tiempo es dinero.
No hagas vídeos sin estrategia, es como una casa sin cimientos.
Un vídeo sin objetivo carece de sentido. Cuando un emprendedor empieza a aplicar el vídeo marketing piensa en un resultado concreto para su negocio y en cómo puede conseguirlo. Cada vez se hace menos vídeo, se hace más vídeo marketing. La gente quiere resultados, cifras, menos vídeo épico de noche buena, van al vídeo que va atraer a ese cliente que buscan.
Una profesión de actualización constante
El vídeo maker, como profesional que es, amerita constante formación. Nunca dejas de aprender. Te especializas y siempre tienes que estar al día de las nuevas tecnologías y creatividades porque en el vídeo hay modas de estilo y estrategias. No es que lo tengas que controlar absolutamente todo, pero sí saber en dónde y en qué tiempo estás.
Alguien que está pensando en ser vídeo maker tiene un océano de oportunidades. Hoy en día en el mundo online hay diferentes tipos de infoemprendedores y tipos de ventas. En lo offline se busca como prioridad el sobresalir. El cliente quiere resultados que el vídeo puede darle. El vídeo maker se puede considerar tal cuando empieza a ayudar a un negocio.
Hoy en día, cualquiera tiene acceso a carreras estupendas, FP, etc. pero no hay ninguna que sea igual a la formación que nosotros estamos dando ahora mismo, porque nos están pidiendo vídeos que venden.
Nosotros con este curso no nos dirigimos a gente que esté perdida, que no sepa a donde ir, que quiera dejar su trabajo porque lo odia y que de repente le aparezca esta oportunidad y se lance. ¡No!
Yo, como requisito mínimo, pido a la gente que de verdad sienta la chispa del vídeo. El primer paso para ser vídeo maker es querer serlo porque al fin y al cabo es un trabajo y como tal hay que dedicarle tiempo y esfuerzo. Eso sí: este es un trabajo que no deja de tener demanda ni siquiera en la pandemia.
Y si te motiva el vídeo pero tienes la incertidumbre de que no sabes si dedicarte a ello, solo puedo decirte que es un trabajo motivador y no hay nada que perder. Lo que tienes que tener para dedicarte al vídeo es:
- Ganas
- Dar el 100%
¿Estás listo? Entra a: soyvideomaker.com
